La dicha de que tu referente sea también tu padre… Feliz Día, Juan Carlos Vázquez.
Ese era el living de nuestra pequeña casita, decorado con bocetos de mamá escenógrafa y vestuarista del Colón, donde nos sentábamos felices en la alfombra cuando papá doctor del Hospital Italiano pero también de las villas de Suárez, agarraba la guitarra, como en esta foto, en la que casi podría jurar que nos está cantando Chiquillada, del Sabalero, José Carbajal.
Pantalón cortito,
bolsita de los recuerdos,
pantalón cortito
con un solo tirador.
Con cinco medias hicimos la pelota,
y aquella siesta perdimos por un gol.
Una perrita que andaba abandonada
pasó a ser la mascota del cuadro que ganó.
Dice el abuelo que los días de brisa
los ángeles chiquitos se vienen desde el sol,
y bailotean, prendido’ a los cometas
flores del primer cielo, caña y papel color.
Media galleta rompiendo los bolsillos,
palitos mojarreros, saltitos de gorrión,
los muchachitos de toda la manzana
cuando el sol pica en pila, se van pa’l cañadón.
Yo ya no entiendo qué quieren los vecinos,
uno nunca hace nada y a cuál más rezongón.
La calle es libre, si queremos pasarla
corriendo atrás del aro, llevando el andador.
Bochón de a medio, patrón de la vereda,
te juro, no te pago aunque gane el matón.
Dos diente’e leche me costaste, gordito,
la soba de la vieja, ¡pero te tengo yo!
Fiesta en los charcos cuando para la lluvia,
caracoles y ranas y niños, a jugar.
El viento empuja botecitos de astraza,
¡lindo haberlo vivido pa’ poderlo cantar!
Chiquillada,
chiquillada,
chiquillada.
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