Ya la rueda está girando. Es a todo o nada.
Confiaste en tu instinto y saltaste sin red.
Y al abrir despacio los ojos, ves un campo de flores, de música y poesía, y una puerta…
Un puerta hacia la libertad.
Días vertiginosos, de ansias de beber el mundo de un sólo trago.
Suena Vicentico y dice: «Esto es pequeño, comparado al despertar que va a venir»
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