Todas las trabas que nos impiden salir de nuestra zona de confort y atrevernos a correr riesgos, que es la única forma posible de crecer, están relacionadas de una u otra manera con una sola cuestión:⠀

La importancia que le damos a la opinión de los demás.⠀

Y la opinión de los demás se manifiesta de dos formas:⠀

La real, en tiempo y espacio, cuando alguien concretamente te dice lo que opina sobre lo que estás haciendo.⠀

Y el eco interno. Esa repetición fantasma que nos viene de traumas concretos sucedidos en el pasado (ese adulto que nos dijo cuando niñes, no, vos no servís para esto), o bien una construcción propia derivada de un sinfín de mandatos y patrones culturales sobre lo que es aceptado y lo que no (Yo no estoy para salir hablando en cámara, con esta pinta, a esta edad, con este tartamudeo, etcétera.)⠀

La deconstrucción, interna o social, es un proceso lento. Pero como todo proceso comienza con un pequeño cambio. Un primer paso, en un camino que es de ida.⠀

Cuando podemos escuchar nuestra propia voz interior despojada del eco de otras voces, cuando entendemos que los demás tanto al opinar bien o mal siempre, pero siempre, están hablando de ellos mismos, de sus propios miedos, frustraciones, limitaciones, anhelos, percepciones, valores…⠀
Cuando eso sucede, podemos llegar a donde queramos, y disfrutar del viaje.⠀

De esto hablé en el episodio de hoy, en el podcast “El mate de la mañana”. Te invito a escucharlo con unos ricos mates. ⠀


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